La Isla de Islay es la isla más famosa del mundo en lo que a elaboración de whisky de malta se refiere.
La Isla es muy rica en un material orgánico llamado Turba, que se emplea en el secado de la cebada y que aporta el característico aroma ahumado al whisky de la Isla.
Las destilerías se encuentran a las orillas de la Isla, lo que aporta a los whiskies elaborados, notas salinas, yodadas y medicinales que se unen al ahumado y crean whiskies únicos en el mundo.