Un químico licorero y doce obreros era el ejército con el que contaba Francisco Gerardo Smith para producir ron. Fue así que en 1934 adquirió el caserón amillarado con el número 1417 en una de las más céntricas avenidas de La Habana antigua, la Calzada del Cerro.
El inmueble, apodado La Casa de las Culebras, era una quita, con caballerizas incluida, que había pertenecido hacia principios del siglo XVIII a la realeza criolla: El Conde de Villanueva. Con el tiempo, cuando la burguesía decidió cambiar sus escenarios para el oeste de la ciudad, devino Colegio del Hogar, destinado a señoritos laicos.
En la primera mitad del siglo XX, de la noche a la mañana, aquel palacete se convertía en una de las 116 fábricas de ron que existían en Cuba: Bocoy. El auge por el consumo de espirituosos en la Isla propició un boom en este tipo de industria.
Cremas de todo tipo, Coñac, Bocoy y Brandy (ajerezado), Ron Bocoy (blanco y dorado), Añejillo Ronda, Aguardiente de Uva, Cazalla (dulce y seca), resultaron las primeras producciones salidas de la incipiente industria que, en 1943, nombraba: Almacenes ron Bocoy. Víveres y Licores y había cambiado nuevamente de diseño: Ramón Blanco Interina, quien la adquirió por apenas 5 mil pesos.
Luis Ángel Álvares, nacido en la ciudad de Manzanillo, en el Oriente cubano, lleva más de medio siglo en el mundo de los rones desde que, a los 20 años de edad, se enrolara en la aventura de mezclar alcoholes.
Desde hace 33 años es maestro en la fábrica de rones. "Hacia 1965, luego del triunfo de la Revolución cubana, se comenzaron a producir espirituosos destinados a la exportación, dada las características de Bocoy, para producirlos de forma tradicional".
"Aunque la marca Legendario ya era conocida en el mercado interno desde 1950, recuerda Luis, es en 1976 cuando se decide producirla en Bocoy. Se trata de un ron muy puro adquirido mediante métodos antiquísimos: sistema de filtraje a partir de doble fondo en los tanques, el empleo de arena sílice y carbón activado, donde se hacen las disoluciones tanto de alcoholes como de aguardientes a 55º, los cuales son procesados por gravedad en este sistema, compuesto además por barriles de roble americano donde son añejados los aguardientes y alcoholes frescos en soleras de uno, dos, cuatro y seis años: ese es el secreto de Legendario".
Legendario Elixir 7 años
Delicado, personal y diferente a las demás esencias de tradición cubana.
Se distingue por su perfecto equilibrio de aroma de ron. Una compleja composición de extractos de diferentes rones con un añejamiento de 7 años.
Claridad al paladar con un suave y especiado toque final.
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