La Historia de Grand Marnier comienza a principios del siglo XIX.
En 1827, en Neauphle le Chateau nadie estaba preparado para el fabuloso destino que esperaba apaciblemente en la destilería Lapostolle.
Neauphle-Le-Chateau
Después de unos años adquirió una reputación sólida y consiguió una clientela rica y agradecida. Todo aquello era suficiente para Jean-Baptiste, pero para su hijo no lo fue y fue más allá.
La invasión Alemana de 1870 obligó a Eugene Lapostolle a huir a la región de Cognac justo en la época que había tomado el control de la empresa. Durante su forzosa marcha, visitó Cognac, la región donde el noble Brandy esperaba el fin de la crisis económica.
Fue entonces cuando tuvo una intuición genial: Compró parte de la producción, un cognac excepcional, lentamente añejado en barricas de roble.
Finalizando la guerra y en condiciones más óptimas decidió volver a Neauphle le Chateau. En París, la vida social comenzó otra vez, los productos de lujo volvieron a ocupar su lugar. Esta tendencia y esas barricas de roble de Cognac fueron la llave para el gran licor.
El hijo de Eugene, Aler Marnier Lapostolle se interesó por el mundo de su padre. Comenzó a probar, experimentar, manipular con pieles de naranjas exóticas, Cognac y lo encontró. Reunió a toda la familia y les dio a degustar el novedoso licor. Todos quedaron asombrados y fascinados: Había nacido Grand Marnier.
Grand Marnier Cordón Amarillo es un delicioso licor de naranja con base de cognac francés, un exclusivo e inimitable licor con fama mundial.
Grand Marnier Cordón Rojo está producido actualmente en Neauphle-le-Chateau.
Elaborado con exóticas naranjas tropicales y un 51% de Cognac, el licor es envejecido en barricas de roble especialmente seleccionadas.
Pero eso no es todo, antes de ser embotellado, Grand Marnier Cordón Amarillo es añejado en barricas de roble y es cuidadosamente filtrado varias veces.